Toño, Manolo y Angelita, Elena, Luisa, Dolores, Elena y Carmen. Ocho personas que esta semana se han desplazado desde nuestro centro de Aguilar de Campoo hasta la colegiata de San Miguel, en la plaza de la villa, para vivir más de cerca la Semana Santa.
Cualquier salida es importante y supone todo un acontecimiento, más cuando venimos de sufrir meses de pandemia, mascarillas y restricciones. En este caso, la visita fue especialmente emotiva, por la compañía y porque en la iglesia fueron recibidos por los párrocos y voluntarias.
“Nos entregaron los ramos del Domingo de Ramos, nos leyeron la Pasión y nos permitieron visitar cada uno de los pasos que el Viernes saldrán en procesión”, recuerda Ángela Soria, fisioterapeuta de Tercera Actividad y una de las acompañantes de este singular grupo.
Aunque, sin duda, el momento más emotivo para todos fue el rezo compartido. Los participantes en la visita son creyentes, la fe es parte de su día a día y acercarse hasta la parroquia en una época como la Semana Santa, después de más de un año, es algo muy especial.
Y, qué mejor forma, de acabar la salida, que degustando unos deliciosos churros, que también llevaron al centro, para compartir con quienes no pudieron participar en la salida.
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