Porque no hay edades,
sino experiencias

Es cierto que nuestro nombre, “Tercera Actividad”, a menudo desconcierta a las personas, pero una vez que comprenden su significado todo cobra sentido.

¿A qué se debe nuestra elección? A que generalmente dividimos nuestra vida en tres etapas distintas. En la primera etapa, la infancia, somos como esponjas y nos dedicamos a aprender y absorber todo lo que nos rodea, a menudo a través de la exploración y el juego.

En la segunda etapa de nuestras vidas, la edad adulta, trabajamos arduamente para construir nuestro futuro y afianzar nuestros conocimientos.

Finalmente, llegamos a la tercera etapa, que está destinada a disfrutar de todo lo que hemos aprendido y experimentado en las etapas anteriores, manteniéndonos activos y comprometidos.

Este es el motivo detrás de nuestro nombre. “Tercera Actividad” nos representa de manera mucho más precisa que «tercera edad» y nos libera de estereotipos y prejuicios infundados en torno a la madurez y la experiencia.

Mucho más que una residencia

El área Tercera Actividad forma parte de la Fundación Santa María la Real. Pertenecer a una organización sin ánimo de lucro hace que pongamos a las personas en el centro, reinvirtiendo nuestros beneficios en la mejora de la atención de quienes nos han confiado su cuidado.

Contamos con el respaldo técnico, personal y material del equipo de la Fundación en sus distintas áreas. Más de 200 profesionales que prestan apoyo a nuestros centros multiservicios y nos ayudan a ser mejores cada día.

Desde 2001 trabajamos en el cuidado de personas mayores y/o con diferentes grados de dependencia, apostado por la innovación y adaptándonos a las circunstancias para ofrecer espacios abiertos y seguros, en los que vivir, compartir y disfrutar, demostrando cada día que “no hay edades, sino experiencias”.

Lo que de verdad importa

Sabemos que cada persona es única, por eso nos adaptamos a sus necesidades y proyectos de vida. En Tercera Actividad ofrecemos un modelo de atención integral destinada a mejorar la calidad de vida de quienes cuidamos, así como también la de sus familiares y los profesionales que los acompañan.