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Los retos de la salud mental en las personas mayores

Los retos de la salud mental en las personas mayores

La salud mental, que combina el bienestar emocional, psicológico y social, es un componente básico de la calidad de vida de las personas, indiferentemente de nuestra edad. En el caso de las personas mayores, se convierte en un factor al que debemos prestar especial atención, por ser una etapa en la que nos enfrentamos a una serie de desafíos únicos que pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y psicológico.

En Tercera Actividad consideramos que el bienestar mental de las personas de edad avanzada es un tema de gran importancia, por eso, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, queremos dedicarle la atención y el reconocimiento que merece a través de este artículo. En él exploraremos los desafíos específicos a los que se enfrentan las personas mayores y compartiremos algunos consejos prácticos para promover un envejecimiento activo y saludable.

Desafíos del envejecimiento

El envejecimiento conlleva una serie de cambios significativos en la vida de las personas, como puede ser la jubilación, la pérdida de amistades y seres queridos, o la posibilidad de enfrentarnos a problemas de salud crónicos. Estos cambios pueden generar estrés, ansiedad y sentimientos de soledad; factores que pueden contribuir a generar o a agravar los problemas de salud mental en las personas mayores.

La depresión y la ansiedad son dos de las circunstancias más comunes que afectan a las personas en la edad adulta. Sin embargo, a menudo, estas situaciones pasan desapercibidas o se confunden con los cambios normales asociados al envejecimiento. Por eso, es esencial prestar atención y fomentar un entorno en el que puedan expresar sus sentimientos y recibir el apoyo que merecen.

La importancia de la atención y el apoyo

La estigmatización en torno a los problemas de salud mental puede dificultar que las personas mayores reconozcan determinadas situaciones y busquen ayuda o hablen sobre sus preocupaciones. Por ello, como hemos comentado, es fundamental que generemos un ambiente cercano y comprensivo que esté libre de juicios para que las personas mayores puedan sentirse cómodas a la hora de buscar apoyo psicológico si lo necesitan.

Si reconocemos algunos signos de angustia, como el aislamiento social, cambios en el apetito, en los hábitos del sueño, o la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, es esencial que los abordemos de manera comprensiva y animemos a buscar apoyo profesional si es necesario.

Hábitos de vida saludables para preservar la salud mental

Promover la salud mental en la tercera edad también implica adoptar hábitos de vida saludables. Sobre ello hemos hablado en otros artículos anteriormente, pero aquí los enumeramos de nuevo de forma breve:

  1. Actividad física. Mantenerse activo a medida que envejecemos es fundamental. El ejercicio físico regular, como caminar, nadar o participar en clases de gimnasia adaptadas no solo beneficia nuestro cuerpo, sino que también mejora nuestro estado de ánimo y nuestra movilidad.
  2. Conexiones sociales. Cultivar relaciones sociales es esencial en esta etapa vital. Participar en actividades grupales, como clubes de lectura, grupos de voluntariado o reuniones con amigos y amigas nos ayuda a combatir la soledad y el aislamiento, promoviendo un sentido de comunidad y apoyo mutuo.
  3. Alimentación equilibrada. Mantener una dieta saludable y equilibrada es fundamental para la salud física y mental. Asegurarse de obtener los nutrientes necesarios a través de frutas, verduras, proteínas, etc., tiene un impacto positivo en nuestro bienestar general.
  4. Descanso adecuado. Establecer una rutina de sueño regular y lograr un sueño de calidad mejorará nuestro bienestar mental.
  5. Técnicas de relajación: La meditación, el yoga y la atención plena son herramientas valiosas para reducir el estrés y la ansiedad en la tercera edad. Estas prácticas pueden ayudar a mantener la calma y la serenidad en momentos de tensión.

En conclusión, atender a la salud mental de las personas mayores es un aspecto crucial para mejorar su calidad de vida. Reconocer y abordar los desafíos emocionales y psicológicos que enfrentan es esencial para asegurar un envejecimiento pleno y saludable. Todos podemos contribuir a este objetivo brindando apoyo, promoviendo hábitos beneficiosos y combatiendo el estigma que rodea a la salud mental.