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Vidas llenas de amor

Vidas llenas de amor

Nino y Visi

Nino y Visi llevan 63 años juntos, aunque, como quien dice, se conocen de toda la vida. Para Manuel y Angelita son 52 y, como diría la canción, se les nota en la mirada que siguen enamorados. Antonio y Demetria, los más veteranos, llevan más de siete décadas unidos. ¡Se dice pronto!

Los últimos años, los han pasado en nuestro centro Tercera Actividad de Aguilar de Campoo. Aquí, conocemos su historia, en el día de San Valentín.

Visi apenas habla, aunque mantiene una mirada risueña y, a ratos, vivaz. Es Nino quien recuerda en voz alta que fue ella quien “le echó el guante” y no paró hasta que lo consiguió. “Trabajaba yo en la fábrica de harinas de Alar del Rey y todas las tardes un grupo de tres o cuatro chicas venían a esperarme”, cuenta, “pero ésta era la más bruja y la más lista, no dejaba que se me acercase ninguna otra”. Y, así, hasta que le llevó al altar, en 1959, “una vecina decía que estábamos locos por casarnos ese año. Estaba convencida de que en el 60 se acababa el mundo”, ríe mientras lo recuerda.

No se acabó, siguió girando y ellos se mantuvieron unidos. Tuvieron cuatro hijos, Marce, José Miguel, Marivi y una cuarta que falleció y que aún llena sus ojos de nostalgia, cariño y emoción. Como muchas parejas de la época trabajaron muy duro para labrarse un futuro, para ganarse el sustento y vivir honradamente. Pese todo, también tuvieron momentos para salir a bailar, a pasear o a viajar con los amigos. “La Visi era muy bailona, yo iba obligado, pero me defendía bastante bien”, comenta Nino, mientras se coloca a su lado, protector, para que podamos tomarles una foto.

Angelita y Manuel, bodas de oro

Muy cerquita, nos esperan Angelita y Manuel. 52 años juntos. Este celebrarán sus bodas de oro. “Estuvimos dos años de novios”, comenta Angelita, quien nos cuenta que es dos años mayor que él, pero la edad nunca fue una barrera. Ella nació en Villabermudo, pero su familia se trasladó a vivir a Herrera de Pisuerga, cuando apenas era una niña. De allí marchó a Santander, a casa de unos tíos, ayudándoles con sus primos más pequeños y atendiendo en una droguería – perfumería. El nació en Madrid, perdió a su madre siendo aún un crio y se fue a Aguilar de Campoo a vivir con una tía, “la madre de Peridis”, recuerda.  “Vivíamos junto al monasterio, en el pozo calero”.

Manuel trabajó durante muchos años como administrativo en la fábrica de galletas Fontaneda. Angelita cuidaba niños y animales, “me encantan”, nos dice con una sonrisa. Ella regresaba de vez en cuando a visitar a sus padres a Herrera y Manuel frecuentaba las fiestas de otros pueblos. El destino quiso unirlos un día de octubre hace 52 años. ¿El secreto para estar toda una vida unidos? Sin duda, el cariño y el respeto mutuos. Comparten aficiones, a ambos les gusta bailar y disfrutan nadando. Eran asiduos de la playa, el pantano y la piscina. Ahora, en Tercera Actividad, el agua ha vuelto a cambiar sus vidas.

Las sesiones de hidroterapia en la piscina municipal les han devuelto el ánimo, la fuerza y la vitalidad. Otro puntal importantísimo para ellos es su hija Ana, su esposo y su nieto Aarón. Están muy unidos. Hablan casi a diario y se video llaman con asiduidad.  Manuel está plenamente informatizado y se maneja con agilidad tanto con el teléfono como con la tableta. Muestran su foto de bodas y posan, agradecidos y orgullosos, por este medio siglo compartido.

Antonio y Demetria

La última pareja con la que charlamos son Antonio y Demetria, los más veteranos, llevan un lustro en Tercera Actividad y más de siete décadas juntos. “¿Y qué quieres que te contemos si han pasado ya más de 70 años? ¡cualquiera se acuerda!”, comenta Antonio. Y razón no le falta. Eso sí, mira con devoción a Demetria, le pregunta, se preocupa y ocupa de ella. Quizá, ahí, radica el secreto del éxito, en el respeto, el cariño y la paciencia. Palabras que repiten todas y cada una de las tres parejas a las que hoy rinden un cariñoso homenaje en Tercera Actividad, porque, al fin y al cabo, aunque hoy sea 14 de febrero, San Valentín puede y debe celebrarse a diario.