Esta semana residentes y trabajadores de nuestro centro de León, recibían con esperanza la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19. Aunque aún habrán de esperar unos días para que comience a hacer efecto, no deja de ser un paso más hacia la seguridad y la protección del centro.

A sus 93 años, Amabilia Viñayo Vallejo recibía con esperanzada la segunda dosis de la vacuna. Es una de las 58 personas que habitualmente conviven en Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores que la Fundación Santa María la Real, gestiona en Valdelafuente (León).

Natural de Vilecha, un pueblecito de Onzonilla, Amabilia estableció su residencia y su familia en Armunia. Como muchos de sus compañeros de Tercera Actividad ha vivido la guerra, la posguerra, ha superado varias enfermedades y ahora se enfrenta a una nueva, el COVID, con la experiencia que dan la edad y el bagaje acumulado durante años como ama de casa y ganadera, criando a sus dos hijos, Fernando y Gabriel, y disfrutando, en estos momentos, a ratos, cuando puede, casi siempre gracias a las nuevas tecnologías, de su nieta.

Llegó a Tercera Actividad en 2014 y, ¡cómo han cambiado las cosas desde entonces!. Cierto que ya no pueden salir tanto, ni aprovechar los momentos en el jardín o los ratos de asueto con otros compañeros. Ahora deben guardar las distancias de seguridad, llevar mascarilla a todas horas y prescindir de ver a la familia, al menos, de modo presencial, porque las llamadas y vídeollamadas son frecuentes, ¡quién se lo iba a decir a ella! Pero, pese a todo, mantiene la sonrisa, la esperanza y la confianza en que como de todo, “de esto también se sale”.

Diferentes formas de contribuir a frenar el virus

“En general todos, tanto Amabilia como sus compañeros, han recibido con buen ánimo la vacuna, al igual que el equipo de Tercera Actividad. No deja de ser una garantía, un punto más de protección al que no podemos renunciar”, afirma Marta Prieto, directora del centro, para puntualizar que, “no obstante, debemos esperar aún una semana para que haga efecto y podamos ser inmunes frente al virus”.

Y es que toda precaución es poca, desde que se inició la crisis sanitaria han adaptado sus espacios y protocolos para hacer frente al coronavirus. Hemos reforzado la comunicación con las familias para que los residentes sigan sintiendo su apoyo y cómo no, hemos realizado un esfuerzo importante para concienciar tanto al equipo como a las personas a las que atendemos de la importancia de seguir las medidas y protocolos de seguridad”.

Han prestado, además, su apoyo a dos investigaciones, una de la Gerencia de Atención Primaria y otra de la Universidad de León. Estudios orientados a conocer mejor la evolución y el avance del virus en residencias, para poder combatirlo y a descifrar los determinantes genéticos y biomarcadores genómicos de riesgo de infección.

“Nuestro reto es cuidar de las personas y, éstas son distintas formas de hacerlo, tomando precauciones, facilitándoles la posibilidad de que puedan vacunarse, informándoles y, cómo, colaborando con investigaciones que, en un futuro, pueden ayudarnos a conocer y contralar esta pandemia u otras similares”, concluye Prieto.