El salón de actos de nuestro centro de Aguilar de Campoo se llenó de olor a especias, ajo, pimentón, orégano, perejil y carne picada.
Coincidiendo con la celebración de San Martín, el 11 de noviembre, hemos querido rememorar la tradición de la matanza. Por supuesto, no ha faltado ningún ingrediente, especialmente, el buen humor y la alegría. No se trataba de degustar, sino de experimentar, mancharse las manos, amasar, oler y ejercitar los sentidos. En definitiva, de compartir recuerdos, recetas y tradiciones de cada pueblo, para seguir sumando experiencias.
La sesión finalizó a ritmo de música tradicional y con el sabor de unas pastas de manteca. Un pequeño homenaje a quienes durante años han llenado de vida nuestros pueblos, salvaguardando su memoria.
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