El salón de actos de nuestro centro de Aguilar de Campoo olía estos días a pimentón, ajo y carne picada. En ningún caso se trataba de degustar, sino de incentivar los sentidos y la imaginación de los residentes, de despertar viejos recuerdos.
Así, tanto el equipo técnico como los residentes, se han volcado en la elaboración de chorizos y han pasado un rato entretenido, compartiendo recetas y recuerdos.
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