Ana y Laura son dos de las nueve personas que este mes han completado el programa mixto de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales.

Durante 900 horas de trabajo y formación en nuestro centro de Aguilar de Campoo, han podido adquirir los conocimientos necesarios y, sobre todo y más importante, los han puesto en práctica.

“Estamos muy contentos con las alumnas que hemos tenido este año, todas ellas han estado con nosotros desde el inicio hasta el fin del curso”, explica Nuria Estalayo, profesora coordinadora de la actividad, quien añade que “hemos contado con un grupo muy comprometido. Las nueve participantes han mostrado gran interés tanto por el contenido teórico como por la formación práctica, y han trabajado con muchas ganas dentro y fuera del aula”.

Tanto Laura como Ana habían trabajado previamente en residencias. Este certificado les da la oportunidad de encontrar un futuro profesional en este ámbito que les gusta y les apasiona a partes iguales. El curso no solo les ha aportado conocimientos, sino que también ha contribuido a reforzar su autoestima y competencias.

“Soy bastante tímida y reservada”, confiesa Ana, quien comenta que la experiencia “me ha dado mucha vida, me ha ofrecido la posibilidad de volver a estudiar y me ha aportado dos nuevas amigas. Algo similar le ocurre a Laura, quien se lleva “grandes amistades y he aprendido mucho de mis compañeras, de las auxiliares y, sobre todo de las profesoras”, añade.

Formación teórico-práctica

Pero, ¿en qué ha consistido exactamente la formación? “El programa consta de cuatro módulos formativos: dos de carácter psicosocial y de organización, y dos de carácter higiénico-alimentario y sanitario”, explica Nuria Estalayo, para concretar que lo que aprenden es “a tratar de la forma más adecuada a las personas dependientes, al margen de su edad o grado de dependencia”.

Así, ahora mismo, Laura, Ana y sus compañeras conocen el modo en el que se les debe mover, vestir, asear o alimentar. También han aprendido cómo se deben comunicar con ellos, escucharles, apoyarles, animarles o acompañarles y, cómo no, son capaces de detectar cualquier cambio significativo que precise de una mayor atención.

Múltiples salidas profesionales

Muy pronto las nueve alumnas obtendrán el certificado que les acredita como profesionales de la atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales. Un campo, en el que según afirma su tutora, dispondrán de una “importante fuente de empleo y no solamente en instituciones, ya sean residencias, centros de día u otras, sino también para quienes precisen de un cuidado cualificado en su hogar”.

“Las salidas profesionales en este campo están bastante aseguradas. Aquellas personas que deseen trabajar como técnicos de atención sociosanitaria no les resultará difícil encontrar trabajo, ya que actualmente existe mucha demanda, sobre todo como gerocultoras puesto que hay varias residencias de mayores en esta comarca que buscan nuevos trabajadores”, precisa Estalayo. “Además, cada vez se tiende más a ofrecer una atención más personalizada que incremente la calidad del servicio de atención a nuestros mayores, por lo que disponer de personal con buena formación es fundamental”. ¡Ojalá sea así y las participantes encuentren trabajo lo antes posible! Algunas de ellas, de hecho, ya lo han logrado, dado que se incorporarán al equipo de Tercera Actividad Aguilar.