Dicen que una imagen vale más que mil palabras y en el caso de Raquel, no puede ser más cierto. No se prodiga en palabras, ni falta que hace, su sonrisa lo dice todo, habla por ella y nos cuenta lo feliz que se siente trabajando en Tercera Actividad y cuidando de personas mayores y/o dependientes.
Nunca pensó dedicarse profesionalmente a esto, pero lo cierto es que lleva ya 18 años en nuestro centro de Aguilar de Campoo, desde 2004. Natural de Loma de Castrejón, realizó sus estudios en la escuela de adultos de Guardo. Siempre sonriente, atenta, amable y dispuesta a echar un cable. Es una de las auxiliares del centro, tiene un trato muy directo y cercano con las personas a las que cuida y asegura que le encanta.
“Les ayudo a cambiarse, a comer, a realizar sus tareas diarias”, explica. Casi siempre, trabaja en el turno de tarde. Valora el ambiente en equipo y muy especialmente el cariño que le devuelven quienes viven en el centro. “Son muy agradecidos, tú les das un poco y te lo devuelven multiplicado”. Ha crecido personal y profesionalmente en Tercera Actividad, las personas a las que cuida le han aportado valores que no olvida y las compañeras le han ayudado a mejorar en su día a día. Porque, al fin y al cabo, compartir es una de las mejores cosas que podemos hacer en esta vida y, Raquel, es experta en ello, sobre todo, en compartir sonrisas.
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