Vanesa siempre ha tenido predilección por el ámbito social. Quizá, por eso, desde muy joven se interesó por la intervención con personas. Se formó como Integradora Social y, posteriormente, se tituló como Trabajadora Social. Siempre ha apostado por compaginar sus estudios con tareas de voluntariado en distintas asociaciones como Aspace o Fundación Personas, apoyando a personas con discapacidad.
Tiene claro que la formación es algo que debe trabajarse de modo “constante y continuado”, por eso, completó su currículum preparándose como mediadora familiar y con un curso de Baremación de la Valoración de Dependencia. Su primer contacto con personas mayores fue su trabajo como coordinadora del Servicio de Teleasistencia en Valladolid. Posteriormente, tuvo la oportunidad de realizar unas prácticas en nuestro centro de Aguilar de Campoo, donde enseguida demostró su capacidad de trabajo, iniciativa e ilusión.
Valores que la han llevado a formar parte del equipo en proyectos como “Repuebla Calahorra de Boedo”. Una iniciativa de colaboración con el ayuntamiento dirigida a revitalizar el pueblo y, sobre todo, a cuidar, apoyar y atender a las personas mayores de 65 años del municipio. ¿Su cometido como trabajadora social? Analizar las necesidades de los habitantes, especialmente de las personas mayores; crear planes de intervención individuales; fomentar la integración y dinamización social o coordinar el acceso a servicios sociosanitarios y de transporte público. ¡Ah! También se ocupa de atraer a nuevas familias que quieran establecer su proyecto vital en esta zona rural.
Compagina el trabajo en Repuebla Calahorra con otro proyecto innovador e ilusionante, Salvia, impartiendo los itinerarios de Alar del Rey, Calahorra y Herrera de Pisuerga. En este caso, el objetivo es que las personas mayores de 65 años trabajen en equipo para combatir la soledad no deseada y el aislamiento digital, mediante el refuerzo de sus capacidades y la participación social.
¿Lo que más valora de su día a día en Tercera Actividad? Lo tiene claro, “el vínculo tan especial que se establece con cada una de las personas mayores gracias a una atención centrada en la persona y al modo en que el equipo al completo se vuelca no solo con ellos, sino con cada integrante de la plantilla, independientemente del puesto que ocupen”. Para ella, el trabajo en equipo, “marca la diferencia y crea un sentimiento de pertenencia”. Gracias a ello, asegura, “he podido comprender la magnitud de lo que realmente se puede aportar desde una residencia tanto a las personas más mayores como a sus familiares, con un equipo comprometido, que cree en lo que hace”.
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