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No hay edades, sino experiencias: María Rosa y sus 103 años de vida

No hay edades, sino experiencias: María Rosa y sus 103 años de vida

Cumpleaños, María Rosa

Vino al mundo el 12 de octubre de 1918 en Antimio de Arriba, un pueblecito leonés. Muchas otras que nacieron por la misma fecha, llevan por nombre Pilar, haciendo caso al santoral y rindiendo honor a la Virgen. A ella le pusieron de nombre María Rosa y ha cumplido 103 años en nuestro centro Tercera Actividad de León.

Lo que sabemos de ella, nos lo cuentan su hija mayor, Donatila y el personal del centro. Los años no pasan en balde y el oído de María Rosa, ya no es lo que era. Imposible mantener una conversación telefónica. Aunque, eso sí, pese a la edad y a su déficit de audición, se encuentra “muy bien”, no tiene dolores ni achaques importantes. Mantiene la vivacidad, autonomía, independencia y carácter de los ha hecho gala siempre. “Mi madre trabajó mucho y ha tenido mucha fuerza de voluntad”, cuenta Donatila.

Era la más pequeña de cinco hermanos y trabajó primero en el campo con sus padres y más tarde con su marido, Eliodoro, con quien se casó cuando tenía 23 años. Se conocían de toda la vida, puesto que ambos eran del mismo pueblo. Tuvieron tres hijas: Donatila y dos mellizas. Las tres nacieron el mismo día. ¡Bonita casualidad y buena forma para no olvidar nunca el cumpleaños de tus hermanas! Gracias a unos ahorrillos que pudieron juntar a fuerza de mucho trabajo y con unas tierras que los abuelos les cedieron en Armunia, pudieron comprar una casa y abrir un bar. Allí trabajó toda la familia, hasta que las hijas se independizaron.

Les dieron cinco nietos y cuatro biznietos, explica Donatila, quien siempre ha estado muy pendiente de su madre. Especialmente, tras el fallecimiento de su padre, Eliodoro. “Mi madre vivió un tiempo con mis abuelos, cuidó de ellos y, posteriormente, se quedó ella sola”. Aunque Donatila iba a visitarla con frecuencia, asegura, que siempre ha sido muy independiente, “hasta los 102 años nunca visitó al médico y se manejaba bastante bien en casa, incluso se teñía el pelo ella sola”, recuerda.

Hoy a Donatila, con 80 años cumplidos, le queda el pesar de no poder tener a su madre en casa, pero sabe que en Tercera Actividad está bien atendida. Va a visitarla con frecuencia a ella y a su cuñado David, quien también vive en nuestro centro de León. Es la propia María Rosa quien le insiste en que “no se preocupe” quizá, porque sabe, que ya ha hecho y hace por ella todo lo que está en su mano y, porque, al fin y al cabo, lo que verdaderamente importa es seguir celebrando cumpleaños en la mejor compañía, la de sus seres queridos. ¡A por los 104 y a saborear otro buen pedacito de tarta! ¡Ojalá siga conservando su carácter y buen apetito!