Amable, risueña y responsable, Libertad tuvo claro muy pronto que quería dedicarse a ayudar a los demás y en Tercera Actividad León, no solo lo ha conseguido, sino que se siente plenamente realizada, parte de una familia, en la que cada persona es importante y todas se ayudan mutuamente.

Aprobó la selectividad en septiembre y optó por estudiar el ciclo formativo en grado medio “Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería”. Realizó sus prácticas en la planta de Neurología del Hospital Universitario de León, donde no solo aprendió, sino que fue plenamente consciente, de que lo que verdaderamente quería hacer era “ayudar”.

Trabajó un tiempo en una clínica dental, pero, como ella misma reconoce “no le llenaba del todo”. Echó currículos en múltiples residencias y al no recibir respuesta, hizo las maletas y se fue a Inglaterra, concretamente, a Plymouth, a probar suerte. Al poco de estar allí, llegaron varias ofertas de trabajo desde España. Regresó y en 2007 inició su trabajo como auxiliar de enfermería, aquello para lo que se había formado, en la residencia “El Portillo” en Valdelafuente, León. Muy pronto, le nombraron encargada de turno, lo que “me hizo espabilar mucho y comenzar a tener más trato con los residentes, y sus familiares”, comenta.

Pese a que estaba a gusto, sentía la necesidad de seguir formándose. Tras debatirse entre Integración y Trabajo Social, optó por esta última y se lanzó a la piscina. Se despidió de la residencia y empezó la diplomatura. Compaginó sus estudios con un trabajo en la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de La Bañeza y al terminar la carrera, en 2013, mientras realizaba la tesina, se incorporó de nuevo al Portillo como encargada general. Siempre ha procurado seguir formándose y aprendiendo, por eso ejercido como voluntaria en el hogar municipal de transeúntes de León y en el área de salud mental del complejo hospitalario San Luis en Palencia.

Libertad, a la derecha de la imagen, charlando con Nati, una de las residentes y Lidia, responsable de servicios generales en Tercera Actividad León

En 2019, cuando la Fundación Santa María la Real se hizo cargo del Portillo y lo transformó en Tercera Actividad, la dirección tuvo claro por su implicación, compromiso, responsabilidad y buen hacer, que Libertad merecía una oportunidad y debía desarrollarse cómo Trabajadora Social, cargo que ocupó hasta noviembre de 2022, cuando, una vez más gracias a su buen hacer y compromiso, asumió la dirección del centro, para desde la experiencia, guiar mejor a todo el equipo.

¿Cuál es ahora su labor? La planificación, gestión y control de las acciones que se desarrollan en la residencia, mediante la coordinación de personas y equipos técnicos y materiales, siempre en conexión con el resto del Área de Atención Social y, otorgando una importancia clave a la comunicación.

¿Lo que más valora de su trabajo? Los vínculos y los pequeños gestos. “Es impresionante como con tan solo con una sonrisa, una caricia o un “buenos días”, logran alegrarte incluso las jornadas más oscuras”, afirma, “me fascinan los vínculos tan cercanos que se crean con los residentes y con sus familiares. Somos una gran familia”. “Me encanta, ser la persona de enlace. Aquella que proporciona todo lo necesario para el proceso de cambio y sirve de apoyo a los familiares, que me ven como una más. Se supone una trabajadora social ha de ser la persona que facilita los medios para que quienes deciden vivir aquí alcancen una calidad de vida óptima y se sientan bien. En mi caso, es al revés, son ellos y sus familias quienes me aportan todo lo que me hace falta para estar feliz en mi trabajo y me ayudan en el día a día”