Nuestro mayor cuidado Atención personalizada e integral
Carlos Solá
Carlos Solá
"Confían mucho en el médico, les tranquiliza mi presencia y muchas veces, mi labor se parece más a la de un psicólogo que les escucha y trata de transmitirles confianza y seguridad"
Estudió Medicina en Portugal, donde trabajó más de ocho años en las urgencias de diferentes hospitales. Una labor que dejó para colaborar con Médicos Sin Fronteras. De nuevo, aparcó el voluntariado para regresar a España y cuidar de su madre. En diciembre de 2019 empezó a trabajar en nuestro centro Tercera Actividad de Aguilar de Campoo.
Los comienzos no fueron fáciles, llegó en plena pandemia del coronavirus. Al principio, recuerda, tan solo veía a los residentes que estaban enfermos o se encontraban mal, por lo que no podía desarrollar una verdadera labor de “médico de familia”, que es lo que requiere un centro de estas características.
Poco a poco, superada la incertidumbre y el miedo que causó la pandemia y todo lo que trajo consigo en cuanto a protocolos, medidas de seguridad o zonificación de espacios, Carlos ya sí puede dedicarle más tiempo a conocerlos, a hablar con cada uno de ellos, a saber cómo son y qué les ocurre para poder ir trazando su historia médica y controlar su evolución.
“A estas edades confían mucho en el médico, les tranquiliza mi presencia y muchas veces, mi labor se parece más a la de un psicólogo que les escucha y trata de transmitirles confianza y seguridad”, comenta. ¿Lo qué más valora de su trabajo? El simple hecho de poder cuidar a una generaciónque “ha hecho un país”. “Ellos y sus padres han construido lo que somos hoy, nos lo han dado todo y poder cuidarles, me encanta”, asegura.