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La carta de Inés: una buena compañía

La carta de Inés: una buena compañía

Son tiempos de confinamiento a nivel general y sobre todo aquí, en Tercera Actividad. Cuidamos de personas mayores, especialmente vulnerables. Muchos llevan meses sin ver a sus familiares y, por eso, son tan importantes los pequeños gestos: vídeollamadas o cartas que les conectan con sus seres más queridos.

Hoy queremos compartir con vosotros una carta muy especial, la de Inés Castaño Robles, una niña de 8 años, a su abuelito Andrés, uno de los residentes de nuestro centro de Valdelafuente (León). Dice así:

«Los trabajadores de las residencias de mayores se han convertido en una segunda familia para los residentes.

En esta época de confinamiento las enfermeras y auxiliares de las residencias, además de cuidar de nuestros abuelos son como hijos para ellos.

Como los abuelitos no pueden salir de las residencias e incluso de sus habitaciones, los trabajadores hacen todo lo posible para que éstos se sientan acompañados. Escuchando sus problemas, consolándoles y dándoles ánimos. Su intención es que el día pase de la mejor manera para ellos. Deberían estar muy agradecidos por su trabajo.»

E ilustra sus palabras dibujando a una enfermera entreniendo a un «abuelito».

GRACIAS, Inés, por tu carta, por entender, valorar y dar a conocer nuestro trabajo. Tu abuelo se ha emocionado al recibirla y no ha sido el único. ¡Ojalá pronto puedas abrazarle de nuevo!

El orgulloso abuelo, Andrés